Toluca, Méx.- Los llamados de austeridad de los que tanto presume el gobierno del Estado de México, son en la práctica una vacilada, ya que las contrataciones que se realizan, sea por licitación, invitación o adjudicación directa, dan cuenta de un manejo discrecional de los recursos del pueblo.
La administración gasta a manos llenas, como se demuestra en el Contrato Administrativo de Prestación de Servicios con número de control CS/32/2016, firmado el 23 de mayo del año en curso con la empresa Sí Vale México S.A. de C.V., para la emisión de Vales de Apoyos Asistenciales por la cantidad de 429 millones 635 mil 746.05 pesos.
En la requisición CA-00106-2016 se especifica que para la elaboración de 60 mil 250 vales para Estímulos a Escoltas de Bandera (5 Fajillas con $500.00 C/U), se pagará por cada uno de ellos 2 mil 572.50 pesos, que hace un importe total de 154 millones 993 mil 125 pesos.
Para la elaboración de 165 vales para Alumnos que ven con el corazón (5 fajillas con $600.00 C/U), el importe unitario es de 3 mil 087 pesos, que da en total 509 mil 335 pesos.
Para los 10 mil 123 vales destinados a Alumnos con discapacidad Motriz o Múltiple (5 fajillas con $500.00 C/U) se destinarán 2 mil 572.50 pesos por unidad, es decir, 26 millones, 041 mil 417.50 pesos.
El importe de cada uno de los 60 vales para Desayunadores Escolares (1 fajilla con $10,000.00 C/U), es de 10 mil 290 pesos, que importan 617 mil 400 pesos; mientras que para el millón 603 mil 333 de vales para Paquetes de Útiles; para Paquetes de Útiles Escolares y Agenda para Alumnos (1 fajilla de $150.00 C/U), el precio unitario es de 154.35 pesos, que hace un total de 247 millones 474 mil 448.55 pesos.
En el desglose de los documentos se detalla el cuantioso gasto y si bien se especifican una serie de especificaciones técnicas y de seguridad, no deja de llamar la atención la forma en que se dilapida el dinero del pueblo del Estado de México, una entidad con millones de pobres.
Pero el gobierno del Estado de México se sigue caracterizando por ser parco, omiso y poco transparente. Los temores para ocultar la información tienen buenos fundamentos, pues se quiere evitar que se documenten los sobreprecios que se pagan.