Si por alguno de sus colaboradores tiene afecto el gobernador el Del Mazo, es por Enrique Jacob. Es su amigo, entrañable, por cierto. Le guarda no solo cariño, también agradecimiento, fue uno de los que creyó siempre en él. Le procuró e impulso en su paso por el Instituto Mexiquense del Emprendedor. Por eso, la intriga palaciega que lo enfoca como objetivo para precipitar su salida de la secretaría de Desarrollo Económico, sólo quedará seguramente en eso, en habladuría, en maledicencia. Cuando Jacob se vaya, será cuando su jefe, nadie más, se lo pida.
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Vaya que la maestra Delfina tiene buena mano para elegir a sus colaboradores. Mano bendita, dirían algunos, pues la mayoría de aquellos que le ayudaron en la campaña a gobernadora, cayeron para arriba. Francisco Vázquez, su coordinador, fue primero secretario del Ayuntamiento de Toluca y, ahora, administrador del Centro de Procesamiento Electrónico de Datos Aduaneros. Horacio Duarte, su principal apoyo como presidente estatal de Morena, ganó como diputado federal, pero inmediatamente fue ascendido a subsecretario de Trabajo y, ahora, Administrador General de Aduanas. Mario Delgado, su vocero, fue diputado federal también y, ahora, dirigente nacional de Morena. Azucena Cisneros, su comunicadora, ascendió a diputada local y probablemente alcance la alcaldía de Ecatepec. Ricardo Moreno, representante ante el IEEM, fue secretario del Ayuntamiento de Toluca, Senador titular por breve tiempo y ahora aspirante a la alcaldía de Toluca. América Rivera Tavizon, su coordinadora de Estructura Electoral, se desempeña como primera síndica de Toluca. Eso, solo por recordar a algunos de los más cercanos.
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Ecatepec sigue siendo el infierno en el Estado de México. El municipio más poblado y el peor lugar para vivir. De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública del INEGI, no hay otra ciudad mexiquense donde la gente tenga más miedo que allí. Nueve de cada diez personas declaran sentirse inseguras. El daño que se hizo a comunidad durante años de pésimos gobiernos, imposible de corregirse en un periodo. Culpar a la actual administración que preside Fernando Vilchis, sería infame, canalla.
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A la alcaldesa de Metepec francamente le importa un bledo lo que la gente opine de ella o de su gobierno. Así por que sí, decidió mantener en la nómina a su hija Mariana y este año volverá a pagarle poco más de un millón de pesos como presidenta del DIF municipal, a pesar de que la propia Contraloría del Poder Legislativo ha dejado claro que ese tipo de cargos son honoríficos y no deben costales un solo peso a los contribuyentes. Veremos si la castigan o no los electores en las próximas votaciones.
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El presupuesto 2021 será aprobado, sin duda. Lo único que falta saber es cuándo y a qué costo. Es increíble que un tema de tal trascendencia este fuera de la agenda de la discusión pública. Solo en el Estado de México.