A tres semanas del descarrilamiento de un tren que transportaba sustancias químicas peligrosas en Ohio, Estados Unidos, los residentes de la zona manifestaron dolencias, salpullidos, náuseas y problemas respiratorios.
Las autoridades ordenaron evacuar la región –solo por cinco días–, pues el accidente contaminó el suelo, y muchos habitantes abandonaron sus residencias. No obstante, al regresar han tenido problemas de salud.
El tren que se descarriló en East Palestine, Ohio, pertenece a la compañía de trenes Norfolk Southern.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente de E.U. (EPA, por sus siglas en inglés) pidió esta compañía hacerse responsable de los daños y pagar todas las tareas de limpieza necesarias.
El pasado 3 de febrero de 2023, el tren de carga se descarriló en la zona este del estado de Ohio. Tres días después, la EPA localizó compuestos orgánicos volátiles (COV) como el cloruro de vinilo –perjudicial para las personas.
Los contratistas de Agencia empezaron una liberación controlada de las sustancias tóxicas procedentes de cinco vagones cisterna que quedaron volcados.
Desde el 10 de febrero, algunos residentes que evacuaron y regresaron a sus hogares desarrollaron una erupción cutánea y náuseas.
Activistas señalaron preocupación por la contaminación del aire y el agua, así como por la salud de la población.
No obstante, las autoridades insisten en que las muestras en pozos no muestran problemas con la calidad del agua.