Aunque visualmente la pirotecnia es atractiva y ameniza las fiestas, afecta la naturaleza y la salud.
El medio ambiente es uno de los más afectados por la pirotecnia, ya que concentra neutralizantes, oxidantes, aglomerantes, perclorato de sodio para la propulsión del cohete, metales pesados para el color y los aerosoles que producen la detonación.
Libera monóxido de carbono (CO) y partículas suspendidas. Junto con las emisiones del transporte, fábricas, fogatas, calentones y quema de llantas o basura genera alta contaminación, escasa visibilidad y sensación de neblina.
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A su vez, el perclorato de sodio que detona la cohetería cerca de los cuerpos de agua aumenta hasta un millar de veces los niveles normales y daña a microorganismos y fauna acuática, de acuerdo a información oficial de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales federal.
También afecta la salud en general
No solo causa problemas al medio ambiente sino también a la salud: el CO puede provocar envenenamiento e incluso la muerte, mientras los metales impactan al sistema respiratorio.
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Estos gases se vuelven particularmente peligrosos para aquellas personas con algún problema en su sistema respiratorio como asma u otras enfermedades pulmonares. Y lo que resulta alarmante es que parte de esta contaminación del aire puede llegar a los rincones de los hogares.
Otro riesgo son quemaduras o accidentes graves por la explosión que suelen darse sobre todo en brazos y manos. Aunque parezcan inofensivos, una simple luz de bengala puede prender fuego en la ropa.
Impacto a sectores vulnerables
Para los niños y adultos que viven con discapacidades como Trastorno del Espectro Autista (TEA) la pirotecnia puede ser un tema mayor debido a su desorden del procesamiento sensorial.
Tienen los sentidos exacerbados, especialmente el oído, por ello son hipersensibles a los sonidos y a las luces, con información del Instituto Panameño de Habilitación Especial.
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Los fuegos artificiales y petardos generan niveles altos de ansiedad y estrés en los niños con TEA, incluso pueden causarles crisis nerviosas, episodios en los que se ponen muy tensos, lloran, gritan y en algunos casos pueden llegar a autolesionarse o presentar convulsiones.
Los fuegos artificiales y los petardos alcanzan decibeles que en una persona con hipersensibilidad auditiva puede ser el doble de perjudicial, ocasiona trauma acústico o daña el oído interno.
Afectaciones a animales
El oído de los perros y gatos es más sensible que el humano y las explosiones de fuegos artificiales no solo les resultan más perturbadoras sino que les pueden dañar gravemente su capacidad auditiva.
Los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 115 decibelios por encima del rango normal. Por lo tanto, los petardos generan un nivel de ruido más alto que el de los disparos y que el de algunos aviones de reacción.
Los ruidos causados por la pirotecnia pueden provocar pérdida de audición y tinnitus. Además de estos daños, los ruidos causados por la pirotecnia les causa miedo. De hecho, este llega a ocasionarles fobias, vía Ética Animal.