UNICEF es el principal organismo humanitario y de desarrollo dedicado a la promoción y defensa del derecho de los niños en todo el mundo. Recientemente dio a conocer que uno de cada siete niños en el mundo, es decir, un total de 300 millones, vive en zonas donde los niveles de toxicidad del aire debido a la contaminación son seis veces superiores a lo que establecen las directrices internacionales.
La contaminación atmosférica es un factor importante en la muerte anual de aproximadamente 600 mil menores de cinco años de edad, de acuerdo a lo señalado por el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, argumentando que los contaminantes no sólo dañan los pulmones en el desarrollo de los niños, sino también pueden realmente cruzar la barrera hematoencefálica y dañar permanentemente sus cerebros, y por lo tanto, ninguna sociedad puede y debe pasar por alto la contaminación atmosférica.
La Unicef solicitó que se tomen en cuenta las siguientes medidas urgentes:
1. Reducir la contaminación, pues se debe cumplir con las pautas mundiales de calidad de aire emitidas por la Organización Mundial de la Salud, a fin de mejorar la seguridad y el bienestar de los niños.
2. Aumentar el acceso de los niños a la atención de la salud, con medidas que abarquen campañas de inmunización en el tratamiento contra la neumonía, ya que esto mejorará su resistencia a la contaminación atmosférica y su capacidad para recuperarse de enfermedades y trastornos vinculados a este problema.
3. Minimizar la exposición de los niños a las fuentes de contaminación como fábricas, para que no estén situadas cerca a las escuelas y parques infantiles.
4. Vigilar la contaminación atmosférica, pues está demostrado que un mejor control y monitoreado de los niveles de contaminación han ayudado a reducirla.
Y en conclusión podemos afirmar que mientras no existan medidas tendientes a resolver este grave problema, los gobiernos son corresponsables de la muerte y enfermedad de los niños, pues vivir en ciudades contaminadas no solo es un riesgo grave en la salud, sino una violación a sus derechos humanos.