Trabajo doméstico: precario e invisible

A nivel nacional el 10.5 por ciento de las trabajadoras del hogar remuneradas son del Estado de México

El Día Internacional del Trabajo Doméstico se celebra el 22 de julio para visibilizar las actividades económicas y sociales al interior de los hogares, sea remunerado o no. Esta actividad es realizada principalmente por mujeres que trabajan en condiciones de vulnerabilidad e informalidad. Asimismo, quienes no reciben paga tienen dificultades para acceder a la educación y a un trabajo con ingresos. 

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El trabajo doméstico remunerado incluye las siguientes ocupaciones en casas particulares: empleados y cocineros; cuidadores de niños, personas ancianas o enfermas; jardineros; lavanderos y planchadores; choferes; vigilantes y porteros, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 

Trabajo doméstico remunerado

A nivel nacional el 10.5 por ciento de las trabajadoras del hogar remuneradas son del Estado de México. Al respecto, María de la Luz Padua Orihuela, secretaria general del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho), señaló que quienes se dedican a esta actividad en la entidad tienen que migrar para encontrar fuente de trabajo. 

Añadió que las principales problemáticas a las que se enfrentan son la falta de prestaciones laborales y a la informalidad, debido a la inexistencia de un contrato colectivo de trabajo. 

“No contamos con contrato colectivo del trabajo por escrito, no hay acceso a la seguridad social por parte de nuestros empleadores, en la mayoría de los casos no se cumplen los derechos por ley que son el aguinaldo, la prima vacacional, vacaciones anuales”, precisa en entrevista a este medio. 

A nivel nacional 4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) se ocupa en el trabajo doméstico; es decir, 2.2 millones de personas mayores de 15 años, de esta cifra, 88 por ciento son mujeres [1.9 millones] y 12 por ciento hombres.  

Largas jornadas, bajos salarios

Una trabajadora del hogar recibe entre 250 y 350 pesos; sin embargo, los horarios no están delimitados por los empleadores, por lo que las jornadas son largas y extenuantes. Orihuela narró que no tienen hora de salida y las actividades no se delimitan por un turno de 8 horas. 

Sí tenemos una hora de entrada, pero no de salida y tampoco hay un margen de lo que podemos y debemos realizar en una jornada de 8 horas. Se da el entendimiento de que por este salario hay que hacer de todo y hasta que acabamos”, precisó. 

Asimismo, dijo que el acceso a derechos laborales como la seguridad social es vista como un favor que los empleadores otorgan a las personas trabajadoras del hogar. 

Violencia y discriminación 

Las personas que se dedican al trabajo del hogar son invisibilizadas y menospreciadas. De hecho, constantemente son víctimas de violencia psicológica y discriminadas por su labor y origen. La secretaria general mencionó que, a pesar del avance en sus derechos, todavía son constantes los malos tratos por parte de los empleadores. 

“[Nos enfrentamos] a la discriminación estructural, que es esta falta de acceso a nuestros derechos porque no son una obligación para los empleadores […] En los espacios de trabajo la violencia es psicológica, verbal, física […] se refieren a nosotras usando palabras despectivas, siendo tajantes, en algunos casos hay empujones, insultos y sobajar a las personas para hacerles saber que son subordinadas”, explicó. 

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Por ello, esta actividad es una de las más precarizadas y quienes la ejercen muy pocas veces se les reconocen sus derechos laborales. El estudio Trabajo de Cuidados y desigualdad de Oxfam aclará que las mujeres migrantes e indígenas son las más vulnerables por la discriminación que enfrentan y a las triples jornadas laborales de las que llegan a ser víctimas. 

“Cuando el trabajo de cuidados es remunerado, se paga mal, en condiciones y con beneficios laborales muy por debajo de la ley o francamente nulos, lo cual amplía la diferencia entre las mujeres y hogares que pueden adquirir servicios de cuidados privados, y quienes no pueden hacerlo y por tanto realizan extenuantes dobles o triples jornadas de trabajo”, precisa el documento. 

Trabajo del hogar no remunerado 

El principal reto a superar es la invisibilidad, precarización y nulo reconocimiento de esta labor. Situación que impide a muchas mujeres de este sector acceder a educación, salud, empleo digno, participación política, contextos libres de violencia y a construir vidas plenas, de acuerdo con OXFAM México.

Según cifras del Consejo Estatal de Población (COESPO), en el Estado de México 88.6 por ciento del total de las mujeres mayores de 12 años realizan trabajo no remunerado, frente al 56.39 por ciento de los hombres, es decir, existe una brecha de 31.68 por ciento.

La institución precisa que las condiciones de trabajo doméstico no remunerado no se diferencian en las comunidades rurales y las poblaciones urbanas, ya que en San Felipe del Progreso 89.9 por ciento de las mujeres de más de 12 años realizan esta actividad y en Toluca la cifra es de 88 por ciento. 

Este problema se agudizó durante la pandemia por el Covid-19, ya que los centros educativos, guarderías y asilos cerraron por el confinamiento, lo que ocasionó mayor carga de trabajo para las mujeres.