Así preservan al lobo mexicano en el santuario de Coatepec Harinas

La Unidad de Manejo y Aprovechamiento sustentable de vida silvestre es un santuario de 16 hectáreas que alberga desde hace 19 años a decenas de ejemplares de distintas especies

Pese a la pandemia y escasos apoyos gubernamentales, un equipo multidisciplinario de profesionistas junto con voluntarios contribuye al sostenimiento del único santuario de lobo mexicano en el país, así como a la conservación y rehabilitación de distintas especies de fauna mexicana.

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La Unidad de Manejo y Aprovechamiento sustentable de vida silvestre (UMA), en Coatepec Harinas, es un santuario de 16 hectáreas que alberga desde hace 19 años a decenas de ejemplares de distintas especies.

Ese espacio se sostiene gracias a apoyos sociales y algunos pocos que provienen del gobierno; sin embargo, durante la pandemia dejaron de recibir visitantes y esto provocó que disminuyeran las aportaciones económicas que ellos les hacían. A esto se le suma la poca ayuda que proviene de los distintos niveles de gobierno.

Itadehui Martínez Hernández, bióloga, recordó en entrevista que cuando empezaron a impulsarse las UMAs para aprovechar de manera sustentable la fauna silvestre los apoyos eran bastantes. Lo que se buscaba era fomentar la crianza y la reproducción de algunas especies, así como contrarrestar la venta ilegal.

“De algunos años para acá se dejaron de otorgar o empezaron a ser cada vez menos frecuentes: si antes había un apoyo cada año, ahora hay apoyos cada tres, cada cuatro, cada cinco años, por lo mismo muchas UMAs se han visto afectadas y tuvieron que cerrar sus puertas, o buscar otras alternativas para conseguir recursos, para poder subsistir”, explicó Itadehui Martínez.

Ante las necesidades del santuario, el equipo multidisciplinario de profesionistas — que incluye veterinarios, una bióloga y una psicóloga— lanzó una convocatoria al público en general para que se sumara a un voluntariado en el que los participantes pueden apoyar en el mejoramiento de las instalaciones y, a cambio, poder conocer mejor el trabajo de la UMA, dijo la bióloga Martínez Hernández.

Este año lanzamos la convocatoria para voluntariado con la intención de recibir gente para que nos ayuden con la construcción de diferentes albergues […]. La intención es que nos ayuden en las actividades y lo que ofrecemos es que tengan esta experiencia, este contacto con los animales, que los puedan ver y conocer, saber que el apoyo que nos están dando es para la conservación de especies que lo requieren, que están en peligro de extinción”.

En la UMA de Coatepec Harinas se dedican principalmente al cuidado del venado cola blanca mexicano y del lobo gris mexicano. También es un centro de rehabilitación de fauna silvestre y por eso recibe ejemplares decomisados y entregas voluntarias, por ejemplo, aquellos animales que han sido atropellados. 

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Los ejemplares recibidos en la UMA pasan por un proceso de rehabilitación conductual y clínica; además son evaluados para definir si es posible reintroducirlos en su hábitat natural o se mantienen en las instalaciones para apoyar en la educación ambiental que se brinda a los visitantes.

Para Itadehui Martínez falta apoyo a este tipo de lugares, “el trabajo que hacen con lo que tienen es impresionante, es admirable. Se requiere también que la sociedad se involucre, que asista a las UMAs, las visite, que tenga contacto con estas instituciones […] para ver cómo apoyar a este tipo de instalaciones”.

Itadehui Martínez Hernández, una de las integrantes del equipo que labora en la UMA Coatepec de Harinas / FOTO: Jesús Mejía

De acuerdo con la joven profesionista, para la UMA Coatepec Harinas —próxima a reabrirse— el mayor apoyo es la visita con turismo sustentable, pues solicitan donativos por parte de la gente y en algunos casos también se aceptan donativos en especie. Mientras, en el periodo previo a la reapertura de la UMA el voluntariado es una buena opción para contribuir con este esfuerzo. 

Ezequiel Blancas, un voluntario de la UMA y estudiante de la carrera de medicina veterinaria, expresó que acudió a este sitio porque le interesa apoyar la conservación y tener contacto con la fauna, especialmente con el lobo que está en peligro: “hace falta mucho apoyo tanto por la población como de manera gubernamental, faltan ganas de cuidar nuestro planeta que es el único que tenemos”, dijo.